¿Cuáles son los retos que exige un puesto de responsabilidad? ¿qué variables determinan que tu labor perdure y sea valorada?
Hace unos meses volvía la mirada atrás para recodar casi 9 años de una etapa laboral que acababa y el primer gran sentimiento que me venía a la mente era: satisfacción.
No cabe duda que tantos años dan tiempo para vivir instantes complicados pero también para saborear momentos de alegría y satisfacción ¿lo has sentido alguna vez?… ¡qué sensación!
Para todos aquellos que les gusten los números (y para los que no también), el reto era colosal: había que transformar una empresa con pérdidas recurrentes en una compañía rentable y viable y, sumando además las limitaciones internas de ser una empresa pública que operaba (y opera actualmente) en el sector privado.
Después de esos casi 9 años, los resultados de la gestión y del trabajo en equipo fueron inmejorables. Conseguimos convertir, en 7 años, un EBIT negativo de 12 millones de euros en un EBIT positivo de 15 millones de euros (+27 millones de euros de mejora que, para los que tienen alguna cana como yo, son más de 4.500 millones de las antiguas pesetas). Un hecho histórico en el sector de la logística.
Pero estos números son sólo eso: números. Un resultado, el síntoma de una labor. Los que lo lograron (y lo logran), los que estaban detrás (y lo están siempre), lejos de ser un constructo genérico como «el equipo», «la compañía», fueron y son siempre: las PERSONAS. Personas con caras y ojos, con nombre y apellidos, con vida, con esfuerzo, con implicación, con nivel y experiencia profesional, con criterio objetivo y alma, con días buenos y no tan buenos. En este caso, fuimos el equipo humano que aceptó el reto y luchó para ganar.
Es evidente que nada de esto lo hace solamente una persona aunque en ocasiones el esfuerzo y el compromiso de todos no sea visible. Tu labor como líder no es solo ganar, es que tod@s ganen y sientan que han sido parte de ello.
Y… ¿qué hizo ese equipo humano para tener éxito? confiaron en ellos mismos como individuos y como equipo incorporando a su trabajo ingredientes que lo convirtieron en exitoso: ilusión, esfuerzo, organización, dedicación, empatía, apoyo, comprensión, aliento, talento, creatividad.
Yo, siendo el responsable de uno de los equipos que colaboró en la implementación del plan estratégico, puedo decir que fui una de las personas que ayudó a conseguir ese cambio, que creyó que se podían hacer las cosas de otra manera (sin dejar de valorar lo que estaba bien hecho antes) y que, por encima de todo y antes que nada, siempre creyó (y sigo creyendo) en las personas.
Hoy por hoy, el ser humano es el trabajador más completo conocido porque posee capacidad crítica y creatividad (ningún RPA actual puede emular eso). Todos los que me conocen saben que suelo repetir una frase insistentemente: “por gracia o por desgracia, en esta vida pasamos más tiempo en el trabajo que con nuestra familia, así que ¿por qué no crear un ambiente cordial y saludable emocionalmente?”. Qué mejor que utilizar esa capacidad crítica y esa creatividad para desarrollar un entorno sano y estable en el que se pueda crear para cambiar, mejorar y aprender los unos de los otros, un espac